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Arena sin fin

Depresión postparto.



Siempre nos han dicho que tener un hijo es lo mejor que nos puede pasar, en el caso de las mujeres, hay quien dice que hasta que no eres madre, no eres una mujer completa. Son la sal de la vida, lo que más vas a querer, por quien lo darías todo.

Y entonces ocurre que te encuentras cansada hasta la extenuación, completamente dolorida tras el trabajo de parto, y el bebé que se encuentra entre tus brazos no para de llorar, y sientes que algo no funciona bien dentro de ti, que este debería de ser el momento más feliz de tu vida, todos te han asegurado que sería así, y tú sientes que estás cansada, que te duele todo y te gustaría que tu hijo se callase un momento para dejarte pensar en que ojalá fuera como te han contado.

Todo esto no lo dices en voz alta, no vayan a pensar que eres una mala madre, una mala persona, por no sentir la dicha que se supone que se debe sentir. Por que tú lo que tienes ganas es de llorar, o de salir corriendo. Y vas acumulando las noches sin dormir, las hormonas jugando con tus emociones, la preocupación por si el bebé está alimentándose correctamente, y deseando que tu cuerpo vuelva a ser el que era, que además de seguir doliéndote, te hace sentir que no lo reconoces, si ya has parido, ¿por qué sigues teniendo esa barriga?

Y te sientes mal, y además no se lo has expresado a nadie, por que ninguna otra mujer te ha hablado de lo duro que es el posparto, todas te dicen que se olvida, que lo importante es tener a tu hijo contigo.

Además te sientes sola, por que no puedes compartirlo, ni si quiera con tu pareja. Y cuando por fin das el paso y lo cuentas, te miran raro, pobrecilla, que no está disfrutando de este momento tan importante de su vida.

La depresión posparto es una realidad de la que no se habla lo suficiente. Se desencadena por múltiples factores, como la bajada repentina de los estrógenos y la progesterona, por la falta de sueño, el agotamiento y el dolor físico. Y provoca que las mujeres que la padecen se sientan tristes, excesivamente ansiosas y preocupadas, malhumoradas, furiosas, sin interés por las cosas, aisladas, dudosas de su capacidad de cuidar al bebé, comer y dormir mal y tener pensamientos sobre poder hacerse daño a ella misma o al bebé.

Todos estos factores pueden aparecer en una mujer después de haber dado a luz sin que se considere que padece una depresión posparto, si no algo llamado tristeza posparto, que por un lado es algo que el 80 % de las mujeres padecen (el rango de depresión postparto es del 15 %).

Si miramos las cifras, veremos que es normal que esto suceda, es una situación dura, donde la vida cambia radicalmente, y necesitamos adaptarnos a los cambios lo mejor que podamos, dejándonos sentir que estamos doloridas, agotadas, que queremos dormir, y deseamos que los cuidados fueran algo más fáciles. No podemos negar nuestros sentimientos de tristeza, de ansiedad y frustración, son una realidad, y no podemos bloquearla. Lo que si podemos hacer es pedir ayuda. Por que tener un hijo es una experiencia durísima, y que te hace la vida más difícil. Pocas mujeres lo confesarán por miedo a que las tachen de malas madres, pero sentirse así en estos momentos es natural, no te pasa nada extraño.

Otra de las cosas que nos han enseñado a las mujeres es a ser las cuidadoras principales, nuestras madres siempre estuvieron ahí para alimentarnos, lavarnos, vestirnos, llevarnos al cole, acunarnos cuando teníamos una mala noche…

El cuidado en el marco patriarcal en el que vivimos recae principalmente sobre las mujeres y esto resulta de lo más injusto. El trabajo reproductivo debe de repartirse a partes iguales entre los dos miembros de la pareja, incluso, tras haber pasado por la experiencia del parto, tan dura, el deber de tu pareja es cuidarte a ti también. El hijo es de ambos, pero parir, has parido tu sola.

Decirle a tu pareja que se implique más no es pedir ayuda, es su responsabilidad.

Pero también estaría bien recibir una ayuda extra, de tus amigos o de tu familia. Pídela, estoy segura de que, al ser repartido, el trabajo, en pequeñas dosis, les encantará echar una mano, y sentir que forman parte de este momento. Además de pedirles que te ayuden con las cosas prácticas, háblales de cómo te sientes, y de cómo te gustaría que te apoyen emocionalmente.

Como hemos visto en las cifras anteriores, es normal sentirse así tras el parto.

A diferencia entre la tristeza posparto, que hemos visto que es algo normal, que dura una o dos semanas, y que podemos afrontar con apoyo, la depresión posparto es más intensa y más duradera, y puede terminar por afectar a tu salud a tu relación con tu hijo, por lo que es muy importante que no dejes que vaya a más, además de pedir ayuda a tu círculo de amigos y familiares, pide ayuda a un profesional de la salud mental.

No te sientas culpable, el 15% de las mujeres lo padecen tras el parto, no es responsabilidad tuya. Déjate cuidar en estos momentos, será la mejor decisión que puedas tomar.



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